¡Se chove, que chova!

Que en una boda en Galicia llueva es algo que entra dentro de lo normal. Nuestros paisajes necesitan agua para mantener su verde intenso. Pero os puedo asegurar, como fotógrafo de destino, que en otros puntos de la península es muy raro que llueva en verano; cuando vivía en el sur de Extremadura pasé veranos en los que no cayó una sola gota de agua. En la pasada temporada como fotógrafo de bodas, tuve la ocasión de volver a Extremadura para hacer una boda muy especial, la de Jose y Bea, una pareja que me contactó cuando yo ya estaba viviendo en Pontevedra y me explicaron que siempre habían querido que fuese yo el que documentase su gran día…

Como no podía ser de otra manera, me desplacé de noroeste a suroeste para fotografiar su preciosa ceremonia civil en una espectacular finca en medio de la dehesa. Conmigo llevé esa expresión tan gallega para calmar a los novios, que miraban preocupados la previsión meteorológica. Se chove, que chova!

Y así fue; Jose y Bea disfrutaron de su gran día, que aunque estuvo pasado por agua, fue increíble en todos los sentidos. Una emotiva ceremonia, una comida impresionante y una fiesta inolvidable… ¿Qué más se puede pedir?