True love surrealista

Cuando Steve y Kelly se pusieron en contacto con nosotros desde Australia a través de Fearless lo flipamos bastante. Desde el primer momento supimos que era una pareja especial, y no porque su boda fuese diferente -que lo era-; fueron su calidez humana, su empatía y su amabilidad las que nos dejaron perplejos. Creo que más allá de las pequeñas barreras idiomáticas, la conexión fue brutal.

Ellos nos explicaron que una de las mayores ilusiones de su vida era conocer Cadaqués, la tierra de Dalí, polifacético artista surrealista al que admiraban con toda su alma. Tras cumplir ese sueño y disfrutar de un viaje romántico y cultural inolvidable, decidieron volver allí años más tarde para celebrar el día más feliz de sus vidas, con una boda íntima en esa bella ciudad costera catalana que tanto significaba para ellos.

Tras un Brunch en el encantador Blau Bar de Cadaqués, con toda la familia y amigos llegados de Australia (menos de 30 personas), comenzaron los preparativos. Un maravilloso sol bañaba la ciudad costera y los novios se dirigieron a celebrar su boda en Santa María, preciosa iglesia situada en la parte más alta del pueblo.

Fue una ceremonia íntima, que una de las hermanas de Kelly vio por videoconferencia desde Perth, Australia (cuna del gran Kevin Parker de Tame Impala). No faltó la música en directo ni la emoción más pura. El cura hizo gala de un inglés perfecto y su sermón fue muy aplaudido.

Tras la misa y la celebración a las puertas de la iglesia, dimos un paseo por Cadaqués para hacer fotos de grupo con los familiares y amigos y una sesión de pareja. Si nosotros estamos chalados, ellos demostraron estarlo más! jajajaja momentazos que guardaremos siempre en nuestro corazón :)

Después tocó cenar, degustando productos típicos de Girona, y pegarse unos bailes en La Frontera, una de las discotecas de la localidad. Las emociones y el buen rollo no cesaron hasta altas horas de la madrugada… un lunes ¡sí, lunes! para el recuerdo. La despedida con la pareja (ya transformados en amigos) fue muy emotiva, y juramos volver a vernos en tierras españolas o australianas….

¡Abrazos de koala!